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    Doble Prueba de Fuego / Revista Esquire

    2014
    23
    Sep
    Hedone-Lincoln MKZ R&D-En Esquire-Sept.14-2

    Le pedimos a una pareja de novios, que durante dos años recorrió America Latina a bordo de un subcompacto para realizar reportajes en la región que probara el Lincoln MKZ.

    Durante dos años viajaron a bordo de una auto subcompacto modelo 2003, desde México hasta Chile, para reportear el problema del narcotrafico en el continente. Recorrieron 55 mil kilómetros por carreteras aveces bien pavimentadas, a veces en la mitad de la selva, como parte del colectivo de periodistas Dromómanos. Esta fue su experiencia con la nueva joya de Lincoln.

    Rápido y furioso en el carro del presidente»

    Vamos a Peña de Bernal, un pueblo mágico mexicano, para una sesión de masajes y paisajes en el hotel Casa Mateo. Descanso absoluto, uno tan reconfortante que te hace olvidar que vives en el DF, una ciudad de 20 millones de habitantes. Pero antes y después, todo es velocidad. Acostumbrado a sentarme en la parte de atrás de los taxis de la capital mexicana, o en el asiento de un subcompacto 2003, siento que pisar el acelerador es casi una obligación cuando voy a manejar  un Lincoln, el coche que lleva el nombre de uno de los presidentes mas célebres de los Estados Unidos y en el que viajaba Jhon F. Kennedy el día que fue asesinado. Así que hoy, enchido de supuesto poder y dinero, solo circulo por el por el carril izquierdo de la carretera México – Querétaro. La velocodad que alcanzo, por razones económicas y de seguridad, no la comparto.

    Los conductores que sobrepaso en la autopista pensarían (en este orden que debería ir mas lento y que el tipo que los demás adelanta debe peinar canas, aunque el clasismo de la parte delantera del auto contrasta con su parte trasera, mas juvenil y deportiva. Lo cierto es que aunque manejo un coche asociado con el señorío, no llego a los 30. Mi copiloto, mi novia , tampoco. Se sienta a mi lado con el aire acondicionado a 20°C. Por momentos parece absorta en al comodidad de su asiento de piel, otras divertida con la tecnología del coche, como el control de voz, la regulación del sillón de diez posiciones  o el aire acondicionado personalizado para cada pasajero. Pero en un momento dado, después de salir de un pequeño tramo de obras, me dice: «Tienes el pie pesado». Entonces miro la aguja del velocímetro  y, en efecto, de nuevo estoy circulando sin darme cuenta, a una velocidad que no puedo publicar.

    Cuando me subí al Lincoln MKZ, el sedán que la marca nos ofreció para la prueba en carretera, tenía bastantes prejuicios. No soy amigo de los coche automáticos, pienso que le quitan al conductor poder sobre el coche. Mi desazón fue mayor cuando busqué sin éxito la palanca de cambios. Solo había que darle a un botón para poner el auto en marcha. Mi testosterona estaba en niveles mínimos.  Si iba en reversa, en la computadora del tablero aparecía la imagen de la carretera, como si de un simulador para niños se tratara. Si me estacionaba, el coche lo haría todo por mi, excepto pisar los pedales. Toda esa decepción de un tozudo anticuado desapareció cuando enfilé por el carril izquierdo de la autopista y el coche respondió a mi anhelo de mirar con cierto desdén al resto de conductores.

    Mientras manejé el Licoln MKZ, me sentí un poco Kennedy y un poco Paul Walker, el protagonista de Fast and Furious. Aunque claro de regreso al DF me golpeó la realidad.

    ALEJANDRA:

    «El lujo me sienta bien»

    Los últimos dos años conduje un subcompacto modelo 2003 por toda América Latina. No tenía dirección hidráulica ni aire acondicionado, los aientos eran como ladrillos, lo tuvimos que reparar en varias ocasiones y siempre hacía ruidos.

    Así que cuando e subpi al Licoln MKZ por primera vez, me sentí en un mundo que no era el mío, pero al que me podría adaptar fácilmente. Lincoln es igual a lujo, estilo y clase, pero el MKZtiene algo más: fuerza y velocidad. El Batimóvil era un Lincoln. Para la serie de Televisión de Batman de 1966. Ford diseñó  un vehículo único que tenía el porte del superhéroe, pero que a la vez era capaz de correr para alcanzar a sus enemigos  y resistir los obstáculos que se encontrara. El MKZ es algo parecido: mantiene la elegancia tradicional  dela marca y además ruge en la carretera.

    Cuando uno  está acostumbrado a coche estándar básicos, subir dieferente que tiene todo para que estés cómodo puede resultar algo confuso. El resto de los coches solo se mueven, el MKZ está preparado para consentir.  Antes de subir puedo aclimatar el auto para enfrentarme a los 33 grados de Bernal , Querétaro, a donde la marca nos envío en un lujoso viaje para probarlo y disfrutar de la buena comida, masajes y trato espectacular. Si afuera la gente e derrite, dentro del MKZ no hay una sola gota de sudor.

    Descubro que el coche que utilizaban los presidentes estadounidenses Lyndon B. Jonson, Jhon F. Kenendy y Dwight Eisenhower tiene unos asientos de piel extremadamente cómodos. Subo el asiento, reclino el respaldo y em acerco al volante. Estoy lista para arrancar, pero no encuentro la palanca. El MKZ no la necesita. porque está en el panel. Aprieto el botón de reversa para salir del estacionamiento del hotel Casa Mateo hacia el distrito Federal y una cámara va midiendo cada movimiento que hago, si me acerco a otro carro, una pared o un poste; emite un sonido agudo que me hace reaccionar de inmediato. Si choco no será culpa del Lincoln.

    Una vez en la carretera, tengo la necesidad de rebasar cualquier coche que se me ponga de frente. Al pisar el acelerador no escucho ningún ruido, ni temo que mi coche se vaya a descomponer como solía pasar con mi antiguo auto. Llego a los 160km por hora pero me siento como si fuera solo a 80. Y todos (todos) me abren el paso.

    Si siento frío puedo quitar el aire acondicionado de mi asiento y dejarlo para el resto de los pasajeros. El sistema operativo me indica como llegar a cada lugar y con mi voz puedo poner música, encontrar un lugar, hacer llamadas, contactar al centro de atención a clientes de Licoln. Según su su director, Fernando Ávila esta línea exclusiva puede cumplirlo todo. La última vez, dijo, un cliente pidió que le mandaran un gato Venecia con un anillo de compromiso atado a su collar para pedirle matrimonia a su novia.

    Lincoln surgió en 1917 gracias a dos Henrys. El primero Henry Ford, era un empresario especializado en coches en serie de bajo costo. El segundo Henry Leland, fue un ingeniero amante de la calidad.  Al unirse crearon este modelo de alta  gama que revolucionó el estilo del lujo automotriz.  «Hemos construido mas automóviles que cualquiera, ahora construiremos mejores automóviles que nadie más», dijo en aquel entonces Edsel Ford, el hijo del primer Henry. Casi 100 años después, Lincoln mantiene esa idea: un coche digno de Batman, cuya elegancia y rapidez me sientan bien.